Macarena García-González, Ignacia Saona, Agustín Arriagada & Mika Saintard
Versión original (en inglés):
García-González, M., Saona, I., Arriagada, A., & Saintard, M. (2024). When a Children’s Literary Jury Imagines Other Children as Potential Readers: A Case of Collaborative Research. Childhood, 31(3), 451-470. https://doi.org/10.1177/09075682241269749
Resumen
En 2022 el premio literario chileno Medalla Colibrí contó por primera vez con un jurado de niños y niñas. Este artículo ha sido escrito por cuatro investigadores que participaron de ese proceso: dos adultas, una niña y un niño. A través de entrevistas a personas que estuvieron involucradas y un análisis basado en la noción de asombro, presentamos algunas reflexiones sobre los criterios utilizados por el jurado de niños y algunos otros hallazgos que nos sorprendieron.
Introducción
Este artículo está basado en una investigación realizada por cuatro investigadores que han estado trabajando de manera colaborativa en el marco de una iniciativa de recomendación de literatura infantil y otras obras culturales llamada #EstoTbn. Abordamos la experiencia del primer jurado de niñas y niños que entregó un premio literario en Chile -en el que nosotros cuatro participamos- a partir de dos preguntas centrales: a) ¿Por qué ganó el libro que ganó?, y b) ¿Cómo otras personas percibieron al primer jurado de niños? Aun considerando que participamos en la entrega de este premio, nos interesaba investigar cómo se produjo el proceso. Decidimos entrevistar a diferentes actores involucrados: la editora del libro premiado, los autores, una representante de la institución que organiza el premio literario y otros dos niños que también integraron el jurado. Para analizar los datos trabajamos con la noción de asombro, preguntándonos qué nos sorprendió de cada entrevista y respecto al proceso de investigación, tratando de identificar los afectos y supuestos conceptuales involucrados en este proceso. En cuanto a la relación entre los investigadores y las condiciones de producción de la investigación, destacamos que fueron principalmente los investigadores niños quienes propusieron las preguntas de investigación, la metodología y las pautas de preguntas para las entrevistas. Sin haberlo planificado, las investigadoras adultas se posicionaron como asistentes de investigación de los investigadores niños.
Este artículo es, por tanto, una indagación sobre un caso de participación cultural infantil que explora prácticas de investigación colaborativa intergeneracional, y que se pregunta por sus alcances y limitaciones. Los cuatro investigadores hemos escrito este artículo en un esfuerzo por mantener un lenguaje accesible.
Somos conscientes de que el jurado de niños y niñas se desarrolló bajo las premisas de una institución inserta en la industria del libro y la lectura, y que este texto responde a los estándares editoriales y académicos impuestos por un mundo adulto.
El artículo está estructurado en las siguientes secciones: “Un premio literario entregado por niños” muestra los antecedentes y desarrollo del premio Medalla Colibrí, “Producción y condiciones de la investigación” describe la metodología y el desarrollo del trabajo de campo, “En búsqueda del asombro” presenta el análisis e incluye algunos hallazgos iniciales, “En torno a la metodología y la investigación misma” reflexiona sobre el proceso de escritura y esboza algunas conclusiones.
Finalmente, en la versión original de este artículo, publicada en inglés, incluimos un posfacio escrito por las investigadoras adultas en el que se pone en diálogo esta experiencia con debates recientes sobre las nociones de ‘adulto’ y le ‘niñe’ en la literatura infantil y los estudios de infancia, y con algunos aspectos sobre la investigación participativa con niños. En el posfacio nos relacionamos de manera más explícita con las preguntas presentadas en la convocatoria de la revista académica Childhood, y el número especial para el que se escribió inicialmente este artículo.
Un premio literario entregado por niños
Las cuatro personas que escribieron este texto participan desde 2020 en #EstoTbn (nomenclatura que abrevia la expresión “esto también”), una iniciativa de recomendación de literatura infantil y otras obras culturales. #EstoTbn nació durante la pandemia como un proyecto de investigación experimental en torno a la recomendación de obras culturales. El proyecto pretendía ampliar los repertorios literarios y emocionales que tradicionalmente se ofrecen en las iniciativas educativas, generando otras formas de involucramiento y explorando las posibilidades de desafiar los circuitos adultistas de recomendación de obras culturales para niños. Macarena García-González e Ignacia Saona son las fundadoras. Agustín Arriagada y Mika Saintard han participado en la recomendación de obras culturales y en diferentes talleres desde que surgió la iniciativa. Agustín y Mika asisten a diferentes colegios, y antes de involucrarse en #EstoTbn no se conocían.
A principios de 2022, la sección chilena del International Board on Books for Young People (IBBY) se acercó a #EstoTbn para evaluar la posibilidad de incorporar participación infantil en el Premio Medalla Colibrí, un premio que anualmente evúa literatura infantil y juvenil nacional. IBBY Chile organiza este premio desde 2012. Jurados adultos integrados por especialistas premian libros de reciente publicación en distintas categorías (álbumes ilustrados, ficción infantil, ficción juvenil, poesía, etc.). La invitación a colaborar con #EstoTbn dio origen a la creación del primer jurado de niños para un premio literario en Chile. Nuestra propuesta de jurado de niños buscaba desafiar algunas problemáticas identificadas en torno a la literatura infantil y la práctica de los galardones, respecto a cómo estos premios reproducen exclusiones sociales favoreciendo ciertos autores por sobre otros (Kidd &Thomas, 2017).
Macarena e Ignacia invitaron a niños y niñas que ya participaban de las actividades de #EstoTbn a integrar el jurado. Fueron cinco niños y cinco niñas los que pudieron asistir a la Biblioteca de Santiago para la primera sesión, donde se conformó el jurado de niños y niñas (ver imagen 1). Allí, fueron invitados a revisar libros de dos categorías que también fueron evaluadas en otra instancia por jurados adultos: libros traducidos y libros álbum. Macarena e Ignacia decidieron trabajar con estas categorías en las que no existe una clasificación explícita en relación a la edad (como es el caso de las categorías ficción infantil o ficción juvenil, por ejemplo). La decisión de combinar ambas categorías -libros traducidos y libros álbum- también buscó evitar comparaciones entre las preferencias del jurado niños y el jurado de adultos. No queríamos que esta experiencia se redujera a una confrontación con la decisión de adultos expertos, como si el jurado de niños representase una voz unívoca de los “verdaderos” lectores de literatura infantil.
Imagen 1. El jurado de niños y niñas definiendo la lista de finalistas del premio literario.
El proceso de deliberación se desarrolló entre fines de junio y principios de noviembre de 2022. En la primera reunión, los niños revisaron 39 libros y preseleccionaron ocho de ellos. En una sesión posterior, un par de semanas después, añadieron tres libros más a la lista de finalistas. Ejemplares de estos 11 libros fueron enviados a cada niño a sus casas. A continuación, se realizaron sesiones grupales presenciales y virtuales, en las que se discutió sobre los libros y se compartieron reseñas escritas con el objetivo de llegar a un acuerdo sobre los libros a premiar. Se abordaron todos los libros, y luego se decidió puntuar cada uno de ellos con una nota para identificar qué libros permanecerían en lo que llamaron “el podio”.
El libro ganador, finalmente, fue Vida, una historia larga escrito por Jakob Brodersen y Pernille Engsig Eskildsen, ilustrado por Kamilla Wichmann, traducido al español por Camila Bunster Danklefsen, y publicado por Saposcat en 2021 (Figura 2). Los otros dos libros en el podio fueron Mi monstruo y yo, de la editorial ZigZag (Figura 3), y Sombra, de la editorial Caligrafix (Figura 4).
Imagen 2. Portada del libro premiado: Vida, una historia larga.
Imagen 3. Portada del libro seleccionado en segundo lugar: Mi monstruo y yo.
Imagen 4. Portada del libro seleccionado en tercer lugar: Sombra.
En la ceremonia de entrega del Premio Medalla Colibrí, realizada en un centro cultural de Santiago de Chile, subieron al escenario los niños y niñas que integraron el jurado, al igual que los demás jurados de otras categorías. Uno de nosotros, Agustín Arriagada, que en ese momento tenía 11 años, leyó un discurso narrando el proceso de deliberación y compartiendo algunos de los argumentos utilizados para definir los libros ganadores. El editor de cada libro premiado subió al escenario a recibir el premio (Figura 5). Además, los autores daneses de Vida, una historia larga -Jakob y Pernille- enviaron un video saludando y agradeciendo al jurado de niños y niñas (Figura 6).
Imagen 5. La editora de Saposcat recibiendo el premio de manos del jurado de niños y niñas en la ceremonia de premiación.
Imagen 6. Captura de pantalla del video que los autores enviaron para la ceremonia.
Cuando se publicó una convocatoria de la revista académica Childhood de un número especial, Macarena e Ignacia invitaron a dos de los niños del jurado, Agustín y Mika, a que las acompañasen escribiendo sobre la experiencia de este primer jurado de niños y niñas de literatura infantil en Chile. Por tanto, el caso de participación cultural infantil (el jurado de niños y niñas) fue el contexto en el que surgió el equipo de investigación intergeneracional, y se decidió posteriormente producir este artículo a través de prácticas de investigación colaborativa.
Como otros equipos de investigación, este se formó por afinidad. Las investigadoras adultas invitaron a estos niños no solo por las afinidades que tenían con ellos sino también con sus padres, quienes a lo largo de los años han apoyado su participación las distintas actividades desarrolladas desde #EstoTbn. Reconocemos esto no solo para ser transparentes sobre los criterios de inclusión/exclusión sino también porque hace evidente cómo la participación de los niños en proyectos académicos y culturales muy a menudo depende del involucramiento de sus padres, y cómo dicha participación coincide con las expectativas de los investigadores.
Producción y condiciones de la investigación
Tras recibir una respuesta afirmativa tanto de los niños como de sus familias respecto a involucrarse en esta investigación, las investigadoras adultas escribieron una propuesta para los editores de este número especial de la revista académica. Macarena e Ignacia decidieron esperar la respuesta de los editores antes de comenzar a trabajar con Agustín y Mika, preocupadas por generar expectativas que podrían no cumplirse. Cuando Macarena e Ignacia recibieron la aprobación preliminar, realizamos nuestra primera reunión donde se definieron las preguntas de investigación. Después de una lluvia de ideas en conjunto, los cuatro investigadores coincidimos en dos preguntas orientadoras: la primera quedó escrita como “¿Por qué ganó el libro que ganó?, y la segunda “¿Cómo otras personas percibieron al primer jurado de niños?”. Las investigadoras adultas consideran que estas preguntas fueron planteadas por primera vez por los investigadores niños. Las preguntas no abordan directamente la indagación sobre la colaboración intergeneracional, pero consideramos que este ligero desplazamiento nos permitía una exploración más compleja de nuestro trabajo conjunto. En cuanto a la metodología, decidimos realizar una fase de investigación y producción de datos para que la escritura no se basara únicamente en nuestras reflexiones. Agustín propuso entrevistar a varios involucrados y formular preguntas específicas para cada uno de ellos. El resto estuvimos de acuerdo.
Las investigaciones académicas que involucran a niños como co-investigadores a menudo se apoyan en métodos no tradicionales —como la creación de relatos, el video o el collage— que a menudo son propuestas por los adultos bajo el supuesto de que son más cercanas para los niños. En este caso, Agustín y Mika prefirieron realizar entrevistas. Estaban familiarizados con responder entrevistas en el marco de nuestra colaboración desde 2020, y les gustó la idea de pasar de la posición de entrevistados a entrevistadores. Indicaron que realizar entrevistas sería la forma más adecuada y sencilla de producir información. Asimismo, consideraron que ya tenían los contactos de las personas que querían entrevistar o el apoyo para llegar a ellas. Además, realizar entrevistas nos permitiría seguir realizando nuestra investigación de forma remota, mediante videollamadas.
Una vez definidas las preguntas de investigación y la metodología, Macarena presentó el proyecto al Comité de Ética de la universidad donde trabajaba. Al mismo tiempo, solicitamos a los editores del número especial de la revista académica una extensión del plazo para enviar el texto. Desde el principio, previmos que la investigación y la redacción de este artículo podrían llevar más tiempo de lo esperado.
Dado el entusiasmo por comenzar, las investigadoras adultas aclararon a los investigadores niños que la publicación del texto que iban a escribir no estaba garantizada ya que, una vez que lo enviaran, la revista tendría que evaluarlo en su totalidad y podrían solicitar cambios o aclaraciones. Se acordó que, en caso de que el artículo fuera rechazado por la revista, buscarían otra forma para publicarlo.
La universidad tardó más de lo habitual en responder a la solicitud de aprobación ética, ya que los evaluadores identificaron algunos problemas: en primer lugar, Macarena había contactado a los niños antes de presentar el proyecto al Comité de Ética y, en segundo lugar, esta investigación iba a requerir bastante tiempo de los niños. Los evaluadores también pidieron aclaraciones sobre cómo se había reclutado a los participantes. Macarena preparó un documento en el que explicaba que en esta investigación, más que participantes, los niños eran co-investigadores, lo que hacía necesario contactarlos previamente. El reclutamiento, por tanto, se basó en una afinidad para trabajar juntos. Como Mika tenía 10 años y Agustín 12, las investigadoras adultas consideraron que era necesario que cumplieran también los procedimientos para los niños participantes en una investigación. Por ello, las investigadoras adultas pidieron a los niños y a sus padres que firmaran acuerdos de consentimiento y les compartieron formularios solicitados por el Comité de Ética.
En términos materiales, ninguno de los investigadores recibió compensación económica por participar en la redacción de este texto. Para Macarena, esto forma parte de su trabajo. Ignacia, Agustín y Mika realizaron de manera voluntaria la investigación y la redacción de este artículo. Pero previamente, cuando se conformó el jurado de niños y niñas del Premio Medalla Colibrí, tanto Macarena como Ignacia se involucraron en el proyecto como parte de su trabajo, mientras que Mika y Agustín aceptaron participar a cambio de la entrega de libros.
Habitualmente, los comités éticos solicitan identificar los riesgos y beneficios a los que se exponen los participantes en una investigación académica y evaluar el balance entre ambos. En este caso, la gran carga de trabajo para los involucrados parecíaser un roesgo, lo que puede abrir una discusión en torno al reconocimiento del trabajo intelectual, el capitalismo cognitivo, el trabajo infantil y el extractivismo académico. Por otro lado, se identificaron beneficios relacionados con el aumento de la reputación de los investigadores niños, la adquisición de experiencia y visibilidad académica, un estímulo al desarrollo personal e intelectual y la contribución al desarrollo de nuevos conocimientos. Sin embargo, también debemos considerar como beneficios la cristalización de colaboraciones intergeneracionales de formas novedosas que empujan -aunque sea levemente- los límites de lo que se imagina como parte de la producción de conocimiento académico, lo que impulsa el interés de los investigadores niños a participar.
Una vez que tuvimos la aprobación del Comité de Ética, nos reunimos para planificar la fase de investigación. Los investigadores niños crearon una lista de personas a las que les interesaba entrevistar: la editora, los autores, los representantes de IBBY Chile y los integrantes del jurado de niños y niñas. Las investigadoras adultas propusieron entrevistar a los jurados adultos que hubieran evaluado los mismos libros que el jurado de niños y niñas.
Luego, el equipo se reunió para desarrollar las pautas para las entrevistas. Las reuniones de equipo, así como las entrevistas, se llevaron a cabo de manera virtual ya que vivíamos en ciudades diferentes. Debido a la disponibilidad de todos y a las diferentes zonas horarias en las que nos encontrábamos, las sesiones se realizaron principalmente en la mañana los fines de semana, y algunas sesiones por la tarde en días de semana.
Entre todos acordamos que los investigadores niños harían las preguntas a los entrevistados, mientras que las investigadoras adultas tomarían apuntes y moderarían si fuera necesario. Se realizaron y grabaron cuatro entrevistas: con la editora del libro premiado, con los dos autores, con una de los representantes de IBBY Chile y con dos niños que también integraron el jurado. En la entrevista por videollamada con los autores, las investigadoras adultas sí tuvieron una participación más activa, principalmente para compensar las dificultades de comunicación dado que todos estaban hablando en un segundo idioma (inglés), con diferentes niveles de fluidez.
Las pautas de entrevista contenían hasta seis preguntas cada una. Luego de realizar los cuestionarios, a menudo hicimos preguntas adicionales y/o surgieron otros comentarios. La participación y el entusiasmo de los investigadores fue variable. Por ejemplo, al final de una de las entrevistas, Agustín le preguntó a Mika si quería profundizar en alguno de los temas tratados, a lo que ella respondió que prefería no hacerlo, que solo quería escuchar la conversación.
Al final de cada entrevista, el equipo de investigación esperó a que la persona entrevistada se desconectara de la videollamada para desarrollar una fase inicial de análisis, que describimos en la siguiente sección.
En búsqueda del asombro
Tras cada entrevista, y en reuniones posteriores, las investigadoras adultas preguntaron a los investigadores niños (y a ellas mismas) qué les había sorprendido de las entrevistas. Macarena e Ignacia se convirtieron en asistentes de investigación que esbozaban posibles relaciones narrativas y conceptuales mientras buscaban la validación de los investigadores niños, como si fueran los investigadores principales.
La pregunta sobre qué nos sorprendió también llevó a reflexiones respecto a qué más ha sido inesperado en el proceso de investigación: cómo se hicieron y se respondieron las preguntas, y qué sucedió cuando tuvimos tiempo de agregar preguntas adicionales. Esta metodología se inspiró en las reflexiones de Maggie MacLure en “The Wonder of Data” (2013). En este artículo, MacLure presenta el asombro como un posible dispositivo para explorar las relacionalidades de los datos-investigadores-análisis:
“El asombro es relacional. No está claro dónde se origina ni a quién pertenece. Parece estar ‘ahí afuera’, emanando de un objeto, imagen o fragmento de texto en particular; pero también está ‘en’ la persona que se ve afectada. Una pasión: la capacidad de afectar y ser afectado. Cuando siento asombro, he elegido algo que me ha elegido a mí, y es ese ‘afecto’ mutuo lo que nos constituye como, respectivamente, datos e investigador. En la terminología materialista contemporánea, el asombro puede pensarse como un entramado o una «intra-acción» (por ejemplo en Barad, 2007), o los movimientos de deseo e intensidad que conectan cuerpos -humanos y no humanos, animados o inanimados, virtuales y reales, incluidos los cuerpos de conocimiento- en/como un ensamblaje (Deleuze y Guattari, 2004). Nosotros y los datos no preexistimos unos a otros”. (229)
A continuación, presentamos diferentes sorpresas identificadas por el equipo de investigación en las sesiones de análisis colectivo:
Entrevista con la editora del libro premiado
- “La editora pensó que a los niños les gustaban las ilustraciones, el humor, el sarcasmo, y cosas así”.
- “No parecía tan sorprendida de que Vida ganara porque es un libro informativo, y esos libros ahora están de moda”.
- “Creo que eso es realmente interesante porque hubo mucha discusión, especialmente en el jurado de niños sobre qué te enseñan los libros, ¿recuerdan? En la lista de finalistas había un libro sobre emociones, y discutieron si el libro enseñaba algo bueno allí. Había esta noción de que si un libro te enseña algo es mejor, y esto está relacionado con la tendencia de libros informativos que mencionó la editora”.
Entonces, lo principal que aprendimos al preguntarnos sobre la entrevista con la editora fue que no estaba sorprendida de que el libro Vida, una historia larga hubiera ganado. También nos dimos cuenta de que su apreciación del libro coincidía bastante con lo que argumentó el jurado de niños y niñas cuando lo seleccionó.
Entrevista a los autores del libro premiado
- “Me sorprendió que los autores daneses pudieran ser entrevistados para esta investigación. Y se mostraron interesados, durante y después de la entrevista, en nosotros como integrantes del jurado”.
- “El libro Vida fue creado por los autores para responder a las preguntas de sus propios hijos, niños curiosos que tenían preguntas sin respuesta. Los autores decidieron escribir este libro porque no pudieron encontrar ningún otro libro que respondiera a esas preguntas”.
- “Los autores realmente querían tener esta entrevista, estaban preparados e incluso parecían un poco ansiosos. Creo que estaban realmente interesados, les preguntaron (investigadores niños) si habían estado en el jurado y si estaban interesados en saber qué pensaban del libro. Parecían sorprendidos cuando mencionaban que era humorístico. Creo que eso es lo que más me sorprendió, que se sorprendiesen por eso”.
Al preguntarnos sobre esta entrevista, descubrimos que los autores del libro estaban emocionados de ser entrevistados por los integrantes del jurado de niños y niñas. También aprendimos que los autores escribieron el libro para responder preguntas de sus hijos, que lo crearon porque les interesaba satisfacer la curiosidad de otros niños.
Entrevista con un representante de la institución que organiza el premio
- “[No sabía] todas las cosas que tuvo que hacer IBBY Chile para organizar la ceremonia. Por lo que ella dijo, me di cuenta de que nuestra participación era muy importante. Me sorprendió mucho que fuéramos tan importantes en esta ceremonia”.
- “Dijeron que estaban orgullosos. Era la primera vez que había niños en un jurado, y estaban orgullosos de que lo hubiéramos hecho bien”.
- “Me sorprende que la gente de IBBY se sorprendiera de que el jurado fuera crítico. No sé cómo se imaginaban que funcionaría un jurado de niños, ¿por qué pensaban que era tan bueno?”.
Tras entrevistar a uno de los organizadores del Premio Medalla Colibri, nos enteramos de que estaban muy orgullosos del trabajo deljurado de niños y niñas. También quedó claro que no todos entendimos desde el principio lo importante que era este jurado. Nos sorprendió que la gente de IBBY no esperara que un jurado de niños fuera severo con los libros que no les gustara.
Entrevista a otros niños que formaron parte del jurado
- “Los niños del jurado recordaban todos los libros y algunos tenían sus ejemplares al lado mientras les entrevistábamos. Recordaban las discusiones. Eso me gustó. Una cosa que me llamó la atención -y todavía no sé bien cómo procesarla- es que alguien dijo que los puntajes que dieron a cada libro no eran tan importantes, que lo más importante era la discusión y los argumentos. Les daban esas puntuaciones a los libros, pero en el fondo no era lo más importante”.
- “Los niños indicaron que no eligieron un libro porque fuera el mejor, sino porque como dijo uno de ellos ‘les gustaría a los niños’. Estaban pensando en otros posibles lectores. El jurado decidió que Vida, una historia larga era lo más parecido a un libro que le gustaría a un niño. Incluso argumentaron que quizás se equivocaron porque ya no eran tan pequeños. Y comentaron que fue mucho trabajo decidir el ganadory que sí tuvieron muchas reuniones para elegir al ganador, debido a que había opiniones muy variadas”.
- “Me sorprendió lo importante que fue para ellos participar en el jurado, mencionaron muchas cosas que les sucedieron después de ser parte del jurado. Como un niño que recibió un reconocimiento en su colegio. Otro niño al que luego su madre le compró más libros. Todas estas cosas que sucedieron después del premio a los niños del jurado me sorprendieron mucho”.
- “También me sorprendió que todos estuvieran tan contentos de reencontrarse después de todos estos meses. Y que después de terminar la entrevista, ustedes (los investigadores niños con los otros niños a los que entrevistaron) siguieron hablando un rato y recomendándose cosas”.
Al preguntarnos sobre esta entrevista, entendimos la seriedad con que los niños del jurado se tomaron el trabajo que habían hecho y cuánto atesoraban los recuerdos de esa experiencia. También notamos que los integrantes del jurado tenían diferentes versiones de por qué el libro Vida, una historia larga había ganado y nos sorprendió descubrir que eran diferentes entre sí. Concluimos que el jurado de niños y niñastrabajó con una noción de lectores infantiles imaginarios e ideales como los beneficiarios finales de su trabajo de deliberación. Las investigadoras adultas identificaron con sorpresa que los integrantes del jurado estaban muy contentos de volver a verse y que aprovecharon la oportunidad para hablar sobre otros libros y hacerse recomendaciones.
En torno a la metodología y la investigación misma
El análisis se realizó de manera bastante espontánea, hablando sobre lo que nos había sorprendido. Aunque generalmente se llegaba a acuerdos en cada reunión, al comienzo de una nueva sesión nos preguntábamos qué recordábamos de la sesión anterior. Grabamos en audio estas reuniones y las transcripciones se han utilizado para la producción de este texto. Una vez finalizadas las entrevistas y realizada una sesión de análisis colectivo de todas ellas, definimos en conjunto la estructura de este texto y redactamos la lista de la información que debía contener cada sección, que trabajamos en un documento compartido online. Las investigadoras adultas se encargaron de completar el texto a partir de las transcripciones. Luego, las investigadoras adultas se reunieron por separado con cada niño investigador para mostrar avances, consultar por ediciones o la incorporación de apartados adicionales. Para finalizar, tuvimos otra reunión colectiva para poner en común todos los comentarios y aportes y decidir un título de una lista que se recopiló a partir de discusiones previas. Agustín eligió el título “Cuando un jurado literario conformado por niños imagina a otros niños como potenciales lectores: un caso de investigación colaborativa”. Este título pretendía reunir el doble objetivo del trabajo: por un lado, el artículo pretendía explicar por qué un determinado libro ganó el Premio Medalla Colibrí y, por otro, profundizar en un caso de participación cultural infantil en un jurado literario para abordar la colaboración intergeneracional. Uno de los revisores de la primera versión enviada a la revista comentó que ese título parecía engañoso y que podríamos acercarnos más al tema de la colaboración. En el proceso de revisión, discutimos otros títulos y la posibilidad de mover la noción de “investigación colaborativa” al principio de la frase, pero finalmente decidimos mantener el título original porque queríamos enfatizar lo que aprendimos durante el proceso de investigación y de preguntarnos sobre él.
En nuestra reunión colectiva final, Agustín dijo que no agregaría nada más al documento porque le parecía demasiado largo, pero que la sección de asombro podría quedar mejor si las citas pudieran presentarse de una manera menos coloquial. Las investigadoras adultas reescribieron esa sección siguiendo estas indicaciones. Macarena e Ignacia también compartieron con los niños un postfacio en el que se elaboró una discusión teórica adicional. El postfacio fue planeado como una sección separada para aliviar la demanda de colaboración intergeneracional y la carga de trabajo de los investigadores niños (y puede encontrarse en la versión publicada en inglés).
Todo el texto fue escrito y editado en español, la lengua materna de los cuatro investigadores, y luego traducido al inglés. Después de recibir los comentarios y sugerencias de los editores de la revista académica y los revisores externos, el proceso de edición de este artículo se realizó directamente en inglés, y de manera complementaria se tradujeron las principales observaciones al español al consultar con los investigadores niños sobre las modificaciones y aclaraciones a realizar.
Si bien nuestra investigación fue guiada inicialmente por las dos preguntas de investigación planteadas por los investigadores infantiles —“¿por qué ganó el libro que ganó?” y “¿cómo otras personas percibieron el primer jurado de niños?”— la búsqueda de asombro en cada fase nos llevó a entender este artículo como un reconocimiento a las intra-acciones humanas y más que humanas. Las investigadoras adultas primero invitaron a los niños a investigar sobre el jurado de niños y niñas, y abrieron el terreno para que compartieran lo que consideraban que se podía investigar sobre esa experiencia. Las preguntas de investigación apuntaban a comprender un proceso que había sido relacional, es decir, no sólo centrado en agencias individuales, sino más bien en el surgimiento de una institución: el primer jurado de niños y niñas del Premio Medalla Colibrí. La pregunta sobre qué nos sorprendió después de las entrevistas buscaba hacer visible que todos nos habíamos visto afectados tanto por el proceso de investigación como por la iniciativa del jurado. Cada uno de nosotros tenía diferentes emociones asociadas con el jurado, y la pregunta sobre nuestra sorpresa también nos permitió darnos cuenta de cómo nuestras versiones de lo que había sido relevante cambiaban al escuchar las respuestas de los entrevistados y los comentarios de los demás investigadores. Nuestra atención al asombro, por lo tanto, no sólo estaba relacionada con lo que nuestros “informantes” podían decir, sino también con nuestras suposiciones y cómo surgían y cambiaban. Prestar atención a nuestro asombro era una manera de prestar atención a nuestras diferentes concepciones de la infancia, de la literatura infantil, de la participación y de la investigación, y cómo surgieron al entrelazarse con otros elementos. Todas estas nociones dieron forma a lo que estábamos tratando de averiguar en este estudio. Al escribir todo lo que nos había sorprendido, nos dimos cuenta de que nos encontrábamos frecuentemente preguntándonos sobre las nociones del niño ideal como destinatario de nuestro trabajo. La editora se refirió a una tendencia en la literatura infantil para niños. Los autores del libro premiado mencionaron que habían escrito Vida, una historia larga para «los niños», tratando de responder a preguntas que ningún otro libro o texto estaba respondiendo. Los organizadores institucionales del premio —de IBBY Chile— tenían una idea de los niños como los verdaderos lectores de literatura infantil que deberían tener voz en su sistema de premios, y el jurado de niños y niñas reflexionó sobre cómo tomar una decisión para otros «niños», que consideron debían ser más jóvenes (y diferentes) a ellos mismos. Las investigadoras adultas también reconocieron cómo una cierta noción del niño como agente dio forma a sus expectativas respecto al jurado de niños y niñas.
El proceso de investigación para este artículo nos permitió identificar cómo todos teníamos ciertas ideas sobre los niños, que coincidían con la intención de hacer lo mejor para ellos. Todos giramos en torno a nociones de los mejores intereses del niño. Incluso los investigadores niños tenían ideas muy claras sobre cómo hacer su trabajo en beneficio de los niños. Por todo esto, llegamos a la conclusión de que continuamente estábamos ‘produciendo’ niños para nuestro trabajo.